¿Cómo debería encarar el cambio de imagen para adaptarse a los tiempos una marca reconocida mundialmente y con una imagen ya probada en el mercado?
¿Cuán grande debe ser este cambio para no perder su identidad pero a su vez seguir creciendo y respondiendo a sus clientes?
El nuevo café Mc Donalds en Sydney, Australia, demuestra cómo todas las marcas, sean grandes o pequeñas intentan reinventarse y adaptarse con los tiempos para no quedar atrás.
Este McCafé es un nuevo prototipo desarrollado en un espacio que deliberadamente se aleja de la clásica imagen corporativa de Mc Donalds. Se intentó con este proyecto desarrollar una imagen más amigable hacia el cliente, el cual puede armar su propia hamburguesa gourmet.
La agencia Landini Associates fue contratada para desarrollar un concepto de identidad interior y gráfica completamente nuevo, utilizando materiales clásicos, neutros y poco llamativos. El abundante empleo de la madera clara le dio calidez y modernidad al espacio y equilibró la frialdad de las cerámicas blancas de las paredes y el mostrador de acero inoxidable.
Sin poner en duda el diseño, sus materiales y el resultado visual, creo que el cambio es demasiado radical para que la marca sea reconocible a primera vista. No sé si caminando por esa calle y viendo este café me daría cuenta que es McDonalds. Lo cual lleva a mis dudas del comienzo. ¿Los cambios tan radicales, son efectivos, o contraproducentes?